El Pesebre nos remonta a ese momento crucial de la historia; historia de la salvación, que se confirma con la ENCARNACIÓN DEL VERBO, esto no es un acontecimiento insignificante, en un planeta pobre, en la inmensidad  del universo. No es una cosa mínima, que sucede por casualidad en un lugar perdido. Es el móvil de todo, el motivo de toda la creación. Todo es creado para que exista esta historia, el encuentro entre Dios y su criatura… entre Dios y cada uno de nosotros, un encuentro que es ABUNDANCIA EN AMOR, porque TANTO AMÓ DIOS  AL MUNDO...
Los invito en este año tan diferente, que vivamos también la Navidad de una forma diferente, centrada en el silencio y la alegría de Belén… para escuchar el Llanto a la vida que irrumpe con la llegada de nuestro Jesús Verbo Encarnado, miremos al niño que llega y que nos invita a renovar la esperanza, la confianza en esa historia de la salvación que se realiza día con día en nosotros y con nosotros como protagonistas.
Gracias por caminar juntos, como comunidad este año, sigamos haciendo camino, abrazando en nuestro corazón a ese niño que llega, para que como comunidad podamos asemejarnos, cada día más y más a Él, un Misterio de Amor que es entrega y anonadamiento, Kénosis… el cambio desde lo pequeño, desde abajo, desde la cuna de Belén, sean tu corazón y el mío esa Cuna de Belén.

Comunidad Religiosas del VE.