“Queremos ver a Jesús”
Reflexión
“…Cuenta un episodio sucedido en los últimos días de la vida de Jesús. La escena se desarrolla en Jerusalén, donde Él se encuentra por la fiesta de la Pascua hebrea. Para esta celebración, habían llegado también algunos griegos; se trata de hombres animados por sentimientos religiosos, atraídos por la fe del pueblo hebreo y que, habiendo escuchado hablar de este gran profeta, se acercaron a Felipe, uno de los doce apóstoles y le dijeron: «Señor, queremos ver a Jesús».”
“La reacción de Jesús es sorprendente. Él no responde con un «sí» o con un «no», sino que dice: «Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre».”
“Quien quiere conocer a Jesús debe mirar dentro de la cruz, donde se revela su gloria. Mirar dentro de la cruz. El Evangelio (…) nos invita a dirigir nuestra mirada hacia el crucifijo, que no es un objeto ornamental o un accesorio para vestir (…) sino que es un símbolo religioso para contemplar y comprender. En la imagen de Jesús crucificado se desvela el misterio de la muerte del hijo como supremo acto de amor, fuente de vida y de salvación para la humanidad de todos los tiempos. En sus llagas fuimos curados.
“Puedo pensar: «¿Cómo miro el crucifijo? ¿Como una obra de arte, para ver si es hermoso o no es hermoso? ¿O miro dentro, en las llagas de Jesús, hasta su corazón? ¿Miro el misterio del Dios aniquilado hasta la muerte, como un esclavo, como un criminal?».”
“Y este dinamismo del grano de trigo, cumplido en Jesús, debe realizarse también en nosotros sus discípulos: estamos llamados a hacer nuestra esa ley pascual del perder la vida para recibirla nueva y eterna. ¿Y qué significa perder la vida? Es decir, ¿qué significa ser el grano de trigo? Significa pensar menos en sí mismos, en los intereses personales y saber «ver» e ir al encuentro de las necesidades de nuestro prójimo, especialmente de los últimos. Cumplir con alegría obras de caridad hacia los que sufren en el cuerpo y en el espíritu es el modo más auténtico de vivir el Evangelio, es el fundamento necesario para que nuestras comunidades crezcan en la fraternidad y en la acogida recíproca. Quiero ver a Jesús, pero verlo desde dentro. Entra en sus llagas y contempla ese amor en su corazón por ti, por ti, por ti, por mí, por todos.”
Papa Francisco.